La desinfección ambiental
Las infecciones provocadas por patógenos representan problemas de gran importancia clínica, epidemiológica y social, debido a que influyen en mayores tasas de morbilidad y mortalidad de la población (Frías & López, 2007). Dicho esto, y centrándonos en la actual pandemia provocada por el SARS-CoV-2, la correcta desinfección ambiental y de superficies es de suma importancia.
La desinfección es el proceso mediante el cual se eliminan o inhiben microorganismos, excepto sus esporas (Paredes, 2012; Vivero, 2017). Esta técnica puede llevarse a cabo bien inhibiendo el crecimiento de bacterias y hongos (bacteriostasis y fungistasis, respectivamente); o bien con un efecto letal (bactericida, viricida, fungicida) (Maris, 1995). Cabe destacar, que se ha generado una controversia social en relación con la necesidad de llevar a cabo una desinfección, así como de la periodicidad con la que se ha realizar para que sea efectiva.
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Ciertos lugares, como en los que la gran afluencia de personas no permite conocer el estado de salud de cada una de ellas, suelen tener un aporte continuo e irremediable de microorganismos patógenos (Sitzlar et al., 2013). De hecho, la desinfección no se ha de llevar a cabo únicamente una vez detectados los microorganismos patógenos (Saavedra, 2003). La correcta desinfección ambiental y de superficies mediante diferentes métodos, reduce la probabilidad de contagio de ciertas infecciones (Hayden et al., 2006; Acosta-Gnass, 2008; Carling et al., 2008; Goodman et al., 2008; Rutala et al., 2010; Kundrapu et al., 2012).
Teniendo claro que la desinfección es un proceso necesario, otra de las dudas que surge es la periodicidad con la que se ha de llevar a cabo. Este factor varía en función del lugar y el material de las superficies presentes en la misma (Saavedra, 2003). Basándonos en estudios anteriores, las desinfecciones periódicas contribuyen a reducir riesgo de contaminación cruzada (Davies et al., 2001; Davies & Breslin, 2003), ya que ayudan a mantener
la carga vírica reducida.
En conclusión, en el marco de la actual pandemia provocada por el SARS-CoV-2, la
desinfección ambiental y de superficies es un método eficaz y necesario para disminuir la probabilidad de contagio entre las personas. Por lo tanto, la ejecución de desinfecciones sucesivas extendidas en el tiempo contribuye a mantener la carga vírica reducida, disminuyendo la probabilidad de contagio por contaminación cruzada.